Las grasas se hidrolizan en el intestino delgado para poder formar ácidos grasos y glicerina
para atravesar la pared intestinal, aislados o en forma de jabones al
combinarse con los jugos pancreáticos e intestinales. Luego son
reconstruidos de nuevo al otro lado de la pared intestinal; pero, dado
que los lípidos son insolubles en agua, deben combinarse con proteínas, sintetizadas por el intestino, para ser transportadas y distribuidas a través de la sangre a todo el organismo. El transporte de triglícéridos está estrechamente integrado con el transporte de otros lípidos, como el colesterol, y está directamente relacionado con enfermedades como la arteriosclerosis.
El cuerpo humano utiliza tres tipos de vehículos transportadores de lípidos:
El cuerpo humano utiliza tres tipos de vehículos transportadores de lípidos:
- Lipoproteínas, como los quilomicrones, que los transportan al hígado tras su absorción por el intestino, desde donde se distribuyen al resto de las células del cuerpo, sobre todo las adiposas y musculares, en forma de lipoproteínas VLDL, IDL, LDL y HDL. Las células del tejido adiposo son las principales células de reserva de grasas.
- Albúmina sérica. Transporta ácidos grasos libres.
- Cuerpos cetónicos. Pequeñas moléculas hidrosolubles (acetoacetato y β-hidroxibutirato) producidas en el hígado por oxidación de los ácidos grasos. Dado que son solubles en agua (y por tanto en la sangre), pueden viajar en ella sin problemas.
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